lunes, 29 de noviembre de 2010

Reflexiones


Para mencionar que es lo que me dejó yoga como enseñanza, debo admitir que me ha ayudado a cambiar varios aspectos de mi vida y a reconstruirla, como dijo Neruda: " cada uno es artífice de su propio destino". ¿Cuál es la enseñanza? Reflexionar lo que nos pasa a nosotros como seres humanos. La enseñanza es que comenzamos a percibir un poco mas lejano lo que hay hasta la punta de nuestra nariz ¿les parece poco?
"Hay que calmar la mente" decía Silvia, mi profe; yo aprendí a lidiar con mis fantasmas, los mounstruos internos como yo los llamo; todos los tenemos y todos libramos batallas contra ellos todo el tiempo: ellos son los sentimientos negativos, debemos saber que camino elegir para llegar a la luz atravesando la oscuridad.
La meditación nos invita a recorrer nuestra vida, a observarla desde lejos, en esos momentos mi vida se transforma en un libro, que tiene muchas páginas escritas; dando luz, completas, llenas de palabras sin palabras, páginas blancas con sus notas negras, pero también hay páginas calladas, que están en blanco porque aún no se han escrito. La meditación me enseñó a estar a solas conmigo misma, no esconderme de mí, porque no hay peor escondite que uno mismo.
Aprendí a observar las pequeñas cosas, como por ejemplo a oir como llega el viento en un murmullo interno que te cierra los párpados del corazon, o el sonido de la tierra en su grito al universo, en fin esos pequeños detalles.
Aprendí a priorizarme y no estoy pecando de egoista porque el estar pendiente siempre de los demás hace que uno pase a segundo plano, pero para poder dar debo ocuparme primero de mí y a partir de mí misma, relacionarme con los demás.
Aprendí a decir Gracias, quiero agradecer a todas las personas que conosco y que han aportado algo valioso a mi vida y a las que no han aportado nada tambien les digo gracias. Quiero agradecer a aquellas personas que aún me quedan por conocer porque seguramente también han de aportar algo interesante para mí. Quiero agradecer a la profe de yoga que me guió en esta disciplina y siempre tuvo una palabra de aliento para mí. A través de estas líneas quiero decirles a todos mis afectos que siempre pueden contar conmigo. Quiero agradecer a mis guias espirituales y a la vida, y decirles a todos los que de un modo u otro me ayudan a escribir mis páginas con la tinta del destino: NAMASTÉ (gracias)